Ezagutzera eman

BERRIAK

2012/04/16
Hoy se celebra uno de esos días que demasiadas veces pasa desapercibida entre la marabunta de noticias de actualidad. El día mundial contra la explotación infantil. Un día para pasar de la revindicación a la acción.

Seguramente, habremos oído alguna vez los datos estimados de que en el mundo 215 millones de niños son víctimas del trabajo infantil. De éstos 127 niños y 88 niñas. Es un dato escalofriante, y seguro a todos nos surge de repente un sentimiento de indignación y rechazo pero desgraciadamente lo más probable es que nos dure poco más que este día porque mañana tendremos otras preocupaciones y otras cosas que revindicar otras cosas en que pensar.

Por eso, como jóvenes, y como jóvenes comprometidos, queremos hacer de este día, un día día. Hacer de una fecha de conmemoración y revindicación, una actitud constante. Ese es reto.

Probablemente muchas veces, incoscientemente seremos incoherentes por desconocimiento, pero cada pequeño paso que estemos dispuestos a dar por conseguir que un solo niño o niña deje de ser víctima de la explotación infantil será más importante que cualquier revindicación.

No podemos dejar la solución de este problema en manos de la buena voluntad, esperando que algunos empresarios que lo único que pretenden es enriquecerse a costa de lo que sea, aun cuando los billetes que se enbolsan están manchados de sangre, cambien de opinión. Tampoco podemos esperar que la solución venga solamente de la revindicación de las organizaciones como la nuestra y tantas otras. TODOS, como consumidores que tenemos el poder de decididir que comprar y que no, porqué comprar y porqué no, tenemos que comprometernos a hacer un pequeño esfuerzo, para que muchos pequeños esfuerzos produzcan una gran cambio de verdad.

Por supuesto, Euzko Gaztedi se compromete con el reto, de consumir sin explotación, de dedicarle unos minutos a informarnos como se ha hecho el producto. Probablemente alguna vez cometeremos errores, por falta de información, por prisas etc. pero el mayor error para los millones de niños y niñas que sufren esta violencia todos los días, sería no hacer nada.

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