Ezagutzera eman

BERRIAK

2013/06/28
Hoy, 28 de Junio de 2013, se cumplen 44 años desde que acontecieron los sucesos de Stonewall en el neoyorkino barrio de Greenwich Village. Corría el año 1969 cuando aquel 28 de Junio una redada policial perdió el control de la situación en un bar llamado Stonewall Inn. Se trataba de una época en la que las redadas policiales, amparadas por el gobierno, contra el colectivo LGTB eran casi continuas. Aquella madrugada, y tras la pérdida del control por parte de los agentes, es cuando se dice que comenzó la verdadera revelación del colectivo, que en aquel momento se manifestó espontánea y violentamente contra su continua persecución policial, atrayendo a diversos colectivos en su lucha por la defensa de sus derechos.

Estamos en el año 2013 y muchas cosas han cambiado en el mundo desde aquel 28 de Junio de 1969. Especialmente este año 2013 ha sido realmente positivo en este tema para muchos europeos, pero sobretodo para una parte del Pueblo Vasco. Hace poco más de dos meses, el 23 de Abril se aprobó en la Asamblea Nacional en París el proyecto de ley para poner en marcha el matrimonio entre personas del mismo sexo en Francia. A partir de ese día podemos decir claramente que todos los vascos disponen de los mismos derechos a la hora de contraer matrimonio, ya que los habitantes de los tres territorios históricos de Iparralde adquirieren desde este 2013 los mismos derechos que ya disponíamos los ciudadanos de los cuatro territorios de Hegoalde desde el año 2005. Es algo por lo que el colectivo LGTB ha luchado en todos los territorios de Euskal Herria, y es por eso por lo que hoy creo que se merecen el mayor reconocimiento todas esas personas que han defendido y han luchado por sus derechos. Este año el reconocimiento especial va para los voluntarios que han trabajado día a día durante muchos años en la defensa de sus derechos en los tres territorios de Iparralde.

 

Pero aún quiero ir más allá. Hace tiempo que en muchísimos países los partidos autodenominados de izquierda han pretendido monopolizar para uso partidista y electoral los derechos del colectivo LGTB, pretendiendo mostrarse al mundo como los únicos garantes y defensores de los mismos. Sobra decir que están totalmente equivocados. ¿O es que una persona homosexual solamente por el motivo de serlo debe ser de izquierdas y progresista en todos los ámbitos? ¿O es que una persona homosexual debe ser atea y no-capitalista como defienden algunos? Veámoslo con un fácil ejemplo.

 

Hace escaño mes y medio el primer ministro británico David Cameron, miembro del principal partido conservador del país, daba inicio a los trámites necesarios para hacer legal el matrimonio entre personas del mismo sexo; cuestión que debe ser refrendada tanto por la Cámara de los Lores como por la Cámara de los Comunes. Es el más claro ejemplo de demostrar que los derechos del colectivo LGTB no entienden ni ‘de derechas’ ni ‘de izquierdas’, ni tampoco sobre tradicionalismo, ni religión ni sistemas económicos. Y lo más valiente de todo es que David Cameron ha querido seguir adelante con la tramitación de la ley que equiparará el matrimonio para cualquier ciudadano británico, aún a costa de sufrir una profunda brecha en las filas de su partido, en el cual muchos de sus afiliados y cargos públicos no comparten la decisión tomada por el primer ministro. Un valioso ejemplo que nos demuestra que a la hora de equiparar y defender cualquier tipo de derecho humano las siglas del partido deben quedar atrás y actuar con sentido común. Ciertos sectores dentro del propio partido conservador británico piden al primer ministro que retroceda ante los oscuros pronósticos electorales que les auguran en las próximas elecciones en las islas británicas. Pero está claro que David Cameron ha decidido priorizar primero los derechos de los ciudadanos que viven en su país antes que el electoralismo de su partido. Un claro ejemplo de cómo gobernar para los ciudadanos y darles lo mejor, aún a riesgo de perder el gobierno británico. Un buen gobernante, por lo menos en materia de derechos LGTB.

 

Este tipo de actuaciones ayuda a que los ciudadanos vean que una persona homosexual, al igual que cualquier otra, no debe ser encasillado en una ideología política en concreto, sino que dispone del mismo abanico de elección que los demás. Nuevamente, se demuestra que la defensa de los derechos del colectivo LGTB no entiende de ideologías. Un tema en el que los partidos políticos deben aparcar sus diferencias y asentar una base mínima para que día tras día estos derechos no se vean vulnerados en la vida cotidiana del colectivo LGTB. Los derechos legales a ambos lados del Bidasoa han sido solamente el primer paso realizado en favor de este colectivo. Ahora toca el trabajo más duro de todos; la concienciación de la sociedad vasca. Ahora nos toca remar a todos en la misma dirección. Instituciones y asociaciones juntos de la mano para lograr que nuestro país sea un lugar donde se respeten todos los derechos del colectivo LGTB, y que las personas que pertenecen al citado colectivo puedan mostrarse abiertamente al mundo como son sin miedo a sufrir represalias ni ataques de ninguna índole. Y en la búsqueda de esta equiparación y libertad, contamos todos.

 

 

Erik Rios Salazar

Facebook